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Bienestar emocional
El bienestar emocional y mental es muy importante en todas las edades y es un aspecto fundamental para la buena salud, tanto individual como familiar. Está estrechamente ligado a las siguientes dimensiones o capacidades: la conciencia emocional o capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás; la regulación emocional o capacidad para manejar las emociones de forma apropiada; la autonomía emocional o capacidad de sentir, pensar y tomar decisiones por sí mismo; la competencia social o capacidad para mantener relaciones adecuadas con otras personas y las competencias para la vida y el bienestar o capacidad de adoptar comportamientos apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos del día a día.
El transcurso de la vida cotidiana genera tensiones y preocupaciones que forman parte normal de la existencia de las personas, son inevitables y no debemos esforzarnos en eliminar. El objetivo no es sentirse bien permanentemente, sino evitar que las emociones negativas nos impidan estarlo.
A menudo el cuerpo manifiesta en forma de trastorno físico el malestar que sentimos emocionalmente, por ello es importante cuidar nuestro estado emocional. La forma en que vivamos, el hecho de envejecer y la actitud que tengamos ante esta etapa de la vida influye directamente en nuestra salud y en nuestras relaciones familiares.
Respetar las pérdidas y no tener miedo a la ansiedad que la vida ocasiona contribuirán a nuestro bienestar. Aunque suelen ser factores externos los que nos ocasionan malestar emocional, la forma en que los afrontemos depende de nuestra actitud personal.
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Fuente: Extraído de www.enbuenaedad.es (Proyecto de Fomento del Envejecimiento Activo y Saludable. Consejería de Salud y Familias).
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Cuidados
A medida que envejecemos, el cuidado de nuestra propia salud se torna cada vez más importante. Con la adquisición de buenos hábitos se puede conseguir un envejecimiento más saludable y satisfactorio. Esta es una buena edad para ponerlos en práctica.
La salud física y mental adquieren una extraordinaria importancia durante el envejecimiento, no se trata solo de conseguir más años de vida, sino de llenar de vida los años.
Los hábitos más importantes y que son necesario adquirir, si es que no se tiene previamente para tener un mejor control sobre la salud son: realizar actividad, física, mantener una correcta alimentación, evitar el consumo elevado de alcohol, dejar de fumar, mantener contactos sociales con familiares y con amistades evitando el aislamiento social y controlar lo más posible las enfermedades que ya se tengan.
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Fuente: Extraído de www.enbuenaedad.es (Proyecto de Fomento del Envejecimiento Activo y Saludable. Consejería de Salud y Familias).
[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»Autonomía personal» tab_id=»autonomia-personal»][vc_column_text]
Autonomía personal
Con la adquisición de buenos hábitos se puede conseguir un envejecimiento más saludable y satisfactorio. Esta es una buena edad para ponerlos en práctica.
La salud física y mental adquieren una extraordinaria importancia durante el envejecimiento, no se trata solo de conseguir más años de vida, sino de llenar de vida los años.
Es necesario preservar y/o recuperar las capacidades que permitan a la persona, ser independiente en su entorno habitual, su domicilio, su barrio, es lo que se conoce como capacidad funcional, en el mantenimiento de la autonomía intervienen diferentes factores como son el estado de salud, las variables personales, las ambientales y las de comportamiento, nosotros podemos influir decididamente en muchas de ellas.
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Fuente: Extraído de www.enbuenaedad.es (Proyecto de Fomento del Envejecimiento Activo y Saludable. Consejería de Salud y Familias).
[/vc_column_text][/vc_tta_section][vc_tta_section title=»El papel de los/as abuelos/as» tab_id=»el-papel-de-los-abuelos-as»][vc_column_text]
El papel de los/as abuelos/as
Un importante problema cada vez más frecuente es el de la soledad emocional y afectiva, es uno de los que mayor valoración conceden las personas mayores, de ahí la necesidad de fomentar y cultivar los vínculos afectivos y el apego con sus familias y sus amistades.
Un ejemplo de ello puede ser la de disfrutar de la condición de abuelo o abuela, si es posible. Cuidar de los más pequeños ayuda a las personas mayores a sentirse jóvenes y en activo, y a la vez, contribuye a crear un vínculo familiar intenso.
Para ello, es muy importante acordar entre las familias cómo serán las normas en la educación infantil. Y recordar que, la colaboración de las personas mayores en la crianza no debe suponer demasiado esfuerzo, y estar adaptada a su estado de salud y edad.
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Fuente: Extraído de www.enbuenaedad.es (Proyecto de Fomento del Envejecimiento Activo y Saludable. Consejería de Salud y Familias).
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